Reforzar el tercer pilar y ensanchar el espacio comunitario. El Economista. Juan Manuel Sinde

28/11/2025

Reforzar el tercer pilar

El término “Tercer pilar” ha sido acuñado por el catedrático de la Universidad de Chicago y economista jefe del FMI entre el 2003 y el 2007, Raghuram Rajan. Pretende recoger la realidad socioeconómica que “no es Estado ni es mercado”, esto es, la rica variedad de actividades e instituciones en el ámbito socioeconómico que vertebran lo que otros denominan “la sociedad civil”. Su tesis central es que tanto la Administración pública como las empresas que compiten en el mercado han ido ganado terreno y debilitando a las instituciones surgidas de la comunidad, y su propuesta básica consiste en volver a reforzar las mismas para recuperar un equilibrio adecuado para la convivencia y la cohesión social.

La propuesta, ciertamente, no es novedosa. Quizás su referencia más conocida es la del ganador del Premio Nobel de Economía, Amartya Sen, que ha escrito extensamente sobre el desarrollo humano y la importancia de la participación ciudadana en la creación de sociedades prósperas y equitativas. Su libro «Desarrollo y Libertad» explora cómo la ampliación del espacio comunitario puede mejorar las capacidades individuales y colectivas.

Pero también hay otros pensadores de prestigio que apuntan en la misma línea. Así, Albert O. Hirschman promueve la importancia de la participación activa de la sociedad civil como una forma de expresar la voz y mejorar las condiciones sociales. O Michael Walzer, que argumenta a favor de una sociedad pluralista donde diversos grupos y comunidades tengan autonomía para perseguir sus propios valores y proyectos, lo que requiere un espacio comunitario robusto y bien definido.

También hay pensadores más centrados en casos concretos como Robert D. Putnam que examina el declive de la participación cívica en Estados Unidos y aboga por la reconstrucción del capital social a través del fortalecimiento de las redes comunitarias.

En general, las razones para reforzar el tercer pilar y ensanchar el espacio comunitario que aportan los distintos autores coinciden en que promueve el desarrollo económico al facilitar la cooperación entre individuos y grupos para abordar desafíos locales (lo que sería especialmente importante en nuestro caso), pero también permite una mayor diversidad de opiniones y perspectivas, enriqueciendo el debate público y la toma de decisiones; mejora, asimismo, el bienestar y la cohesión social al proporcionar redes de apoyo y solidaridad y ayuda a contrarrestar el aislamiento fortaleciendo el tejido social y reduciendo los problemas sociales.

En nuestro ámbito local, destaca, en ese sentido, la reflexión de Javier Retegui, una de las personas históricas del Grupo Mondragón, que, en un libro recientemente publicado, apunta que, ante una economía en acelerado cambio, la atomización en las respuestas y el “sálvese quien pueda” limitan la capacidad de adaptación y debilitan al conjunto de la sociedad. Sugiere que entidades públicas y privadas, empresas y sus asociaciones, ámbitos académicos, entidades de investigación,…están condenados a entenderse y aunar esfuerzos para abordar los retos del futuro, abriéndose caminos de cooperación entre entidades heterogéneas para que, mediante pactos, articulen la sociedad. Es época-dice- de liderazgos que marquen rumbos, conciten adhesiones, establezcan redes de cooperación y movilicen a las personas, sugiriendo trascender de los estrechos márgenes del “cooperativismo” para adentrarse en procesos de “cooperación”.

Complementa esa idea recomendando ampliar y reforzar lo que llama el espacio comunitario, situado, en el ámbito socio-económico, entre el sector público y el sector privado de la economía, formado, como hemos indicado, por una rica variedad de instituciones. Principio del formulario

Desde otro puno de vista, un informe de prospectiva del Centro Nacional de Inteligencia de USA destaca que los responsables públicos se van a ver sin recursos suficientes para responder a las demandas crecientes de sus respectivas sociedades y que la cooperación pública-privada va ser una de las claves del éxito futuro, lo que, tarde o temprano, les llevará a aplicar el principio de subsidiariedad y renunciar a una parte de su protagonismo en la sociedad.

En cualquier caso, reforzar el 3er. pilar podría ser otro de los elementos constitutivos de un propósito compartido por la sociedad vasca, que implicaría su toma en consideración a la hora de decidir las políticas públicas y quiénes han de ser los agentes principales de las mismas, de tal forma que se refuerce la vitalidad de la sociedad y se puedan sumar las potencialidades innegables de una Administración pública propia con la creatividad y generosidad de las iniciativas sociales que han sido fundamentales para llegar hasta aquí con una identidad singular diferencial.

Desde nuestro punto de vista, por otro lado, podría ser un ámbito en el que entendemos puede haber un nivel de acuerdo significativo entre las distintas sensibilidades políticas, que conduciría a fortalecer la sociedad civil y ampliar el espacio comunitario, lo que podría ser crucial para el desarrollo de una sociedad democrática y participativa y, por tanto, para encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos propios de una sociedad cada vez más diversa.

 

Juan Manuel Sinde
Presidente de Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa