Adaptar el Modelo inclusivo participativo de empresa. Juan Manuel Sinde. Grupo Noticias y Gara
13/10/2022
Adaptar el Modelo inclusivo participativo de empresa
Como es conocido, tres meses después de que el Parlamento navarro aprobara por unanimidad una Moción para impulsar el Modelo inclusivo participativo navarro de empresa, hace ahora 4 años se aprobaba, también por unanimidad, por el Pleno del Parlamento Vasco una Proposición No de Ley para impulsar un Modelo inclusivo participativo vasco de empresa que concilie el desarrollo de las personas y la competitividad empresarial.
El Parlamento vasco se adelantó así a una decisión histórica, ya comentada en estas páginas, del Business Roundtable, probablemente el lobby empresarial más influyente en USA, abandonando formalmente el principio que había guiado al mundo de los negocios en USA, formulado por Milton Friedman en setiembre de 1970, según el cual el único propósito de las empresas debería ser proporcionar el máximo valor al accionista.
Dicho propósito era sustituído por el de ofrecer una satisfacción equilibrada a los intereses de los distintos stakeholders de la empresa: empleados, clientes, proveedores y comunidad en la que se inserta y no sólo tener en cuenta a los accionistas.
El modelo concreto aprobado, con todo, ha ido adaptándose posteriormente a las sensibilidades específicas de colectivos y ámbitos geográficos diversos, en un doble sentido. Así, la oficina del Global Compact de la ONU, responsable del desarrollo de los objetivos 2030, nos ha hecho ver la necesidad de concretar en mayor medida las responsabilidades medioambientales de la actividad empresarial.
En ese sentido, y considerando el fin último de “dejar un mundo más habitable y mejor a las nuevas generaciones”, hemos incorporado una propuesta medioambiental en la que se sugiere “evaluar anualmente el impacto medioambiental de la actividad de la empresa y fijar objetivos anuales de mejora, dándole un tratamiento de gestión al mismo nivel que los indicadores económicos”.
Pero, por otro lado, el contraste con sensibilidades empresariales y sindicales del País Vasco, el conjunto del Estado y la Unión Europea han puesto de manifiesto la falta de aceptación de dos recomendaciones concretas que figuran en la PNL aprobada: estimular la participación de los trabajadores en la propiedad de las empresas, así como su participación en Órganos de decisión y control de las mismas. Propuestas ambas que suscitan rechazos ideológicos y recelos prácticos en una mayoría de empresarios y directivos.
Es preciso subrayar, en cualquier caso, que la experiencia práctica de las cooperativas del Grupo Mondragón muestra que ambas recomendaciones tienen una influencia positiva en la competitividad y desarrollo de las empresas, implicando en mayor medida a los trabajadores en el éxito empresarial al ligar los intereses particulares y los intereses empresariales, tanto a corto como a largo plazo.
Es claro, sin embargo, que el camino que lleva a mejorar los resultados en la empresa a través del modelo propuesto necesita desarrollarse contando con la anuencia de la propiedad y la dirección de las empresas, que deben convencerse de los pasos concretos para que la integración de las personas y sus capacidades tengan un potencial multiplicador en los resultados y el valor de la empresa.
Desde un punto de vista práctico, la variante del Modelo que estamos difundiendo conjuntamente con UNIAPAC, institución que agrupa a organizaciones de empresarios y directivos cristianos de 43 países de todo el mundo sugiere estudiar, cuando el nuevo modelo de empresa haya avanzado suficientemente y haya un proyecto común entre todas las partes para el desarrollo del mismo, la creación de comisiones de vigilancia y control donde haya representación de todos los miembros de la empresa.
Se condiciona, por tanto, la aplicación de un instrumento de participación (similar al que puede ser frecuente en otros países como Alemania) a crear las condiciones de entorno que superen los recelos que suscita, aunque sin descartar su puesta en marcha. (Paradójicamente sería el comportamiento de algunas organizaciones sindicales las que estarían frenando un mayor protagonismo de los trabajadores en la vida de la empresa).
En cuanto a la participación en la propiedad, no se mantiene la recomendación como tal con carácter genérico, pero sí el compromiso de «Facilitar a los trabajadores el acceso a la propiedad de las empresas en aquellos casos en que éstas lo consideren adecuado para la sostenibilidad y/o el desarrollo de su proyecto empresarial (empresas familiares con problemas de sucesión, start ups, empresas en crisis con viabilidad, empresas intensivas en conocimiento, …), priorizando a los mismos frente a otros posibles inversores a fin de reforzar, a la vez, el arraigo territorial de las empresas», de similares consecuencias prácticas.
Es preciso recordar, por otro lado, que en la CAV ya hay otras iniciativas en esta dirección de humanizar la empresa para mejorar su competitividad. En esa línea podemos encuadrar el proyecto de Nueva cultura de empresa, de Adegi, en Gipuzkoa y el proyecto denominado EkinBarri, de CEBEK, en Bizkaia, así como otras novedosas propuestas de participación en resultados, todas ellas con orientaciones coincidentes con el Modelo que estamos promoviendo.
Subrayando, en cualquier caso, que lo importante es que las empresas se pongan en marcha en un proceso progresivo de mejora en la dirección propuesta sin importar tanto la fórmula concreta que elija cada una. Y recordando que, en frase de Arizmendiarrieta, “el ideal es hacer el bien posible, no el que se sueña”.
En cuyo marco situamos la próxima entrega en el campus de Donostia de la Universidad de Deusto del Premio Arizmendiarrieta Saria a la empresa Salto Systems, por haberse distinguido en la implementación de los valores y prácticas de gestión recomendados en el citado Modelo.
Juan Manuel Sinde
Presidente de la Fundación Arizmendiarrieta