Cambio de escenario (Joseba Madariaga)

05/01/2019

Cambio de escenario

El último informe económico del Eustat certifica que la desaceleración está en marcha en la Comunidad Autónoma de Euskadi. Crecemos menos que en 2017

La economía sorprende como a veces la vida, con cambios de entorno que finalmente se traducen en descensos de actividad. El escenario idílico del último bienio en el que el crecimiento significativo venía acompañado de tasas de inflación muy contenidas tocó a su fin en 2018. Por una parte, la sincronía global ha dejado paso a una fase divergente que tiene como ejemplo más claro la brecha que se ha abierto entre EE UU y la zona euro. Mientras que el gigante americano avanza a tasas próximas al 3% espoleado por una política fiscal expansiva, la Eurozona ralentiza su crecimiento de manera muy acusada según los datos avanzados del tercer trimestre. Y ambos hechos son significativos. El que una economía como la americana, en la que el crecimiento supera el potencial, se vea espoleada por una actuación fiscal procíclica podría hacer que la Reserva Federal contrarrestase esa política con subidas no esperadas con el riesgo que ello supone para los países emergentes.

Y en la desaceleración de la Eurozona tiene mucho que ver la endiablada situación política que se vive en muchos de los países de la región. El resultado de las elecciones italianas y la posterior formación de gobierno han supuesto un importante jarro de agua fría al tratarse de ‘uno de los grandes’. Máxime cuando recientemente el Ejecutivo de Roma, en una decisión sin precedentes, ha optado por desafiar a la Comisión Europea con unos presupuestos que le han sido devueltos y la propia Comisión ha recomendado la apertura del procedimiento de déficit excesivo. Por otra parte, el alivio que inicialmente supusieron los resultados de las elecciones francesas y alemanas se está convirtiendo en preocupación a la luz de los últimos acontecimientos. Las dificultades de gobierno de Merkel y las dimisiones y restructuraciones de las carteras ministeriales galas son una señal inequívoca de que algo está pasando en los dos principales países de la Unión.

Y es que cuando parecía que por fin los datos mostraban la salida del túnel, nos encontramos con la deriva social de la crisis. La reacción ciudadana en forma de protesta está encontrando su altavoz en opciones políticas populistas, que no dejan espacio a los partidos tradicionales y desafortunadamente se ven tentados en utilizar las mismas artes en una suerte de huida hacia adelante con consecuencias difíciles de prever. Como podrán imaginar, en este entorno con futuro incierto, los agentes económicos optan por la prudencia y ello afecta negativamente tanto al consumo como a la inversión.

Centrándonos en la Comunidad Autónoma de Euskadi, la información trimestral del PIB por parte del Eustat ha supuesto la certificación de que el escenario de desaceleración está en marcha. En el tercer trimestre del ejercicio el crecimiento ha sido del 2,6%, frente al 3% del año anterior. Es importante señalar que desde hace tiempo los economistas señalábamos que los fundamentos de la economía vasca –o española– justificaban tasas de crecimiento en el entorno del 2%, en vez del 3%, pero también es verdad que a comienzos de año, y casi hasta mediado el mismo, no pensábamos que el proceso iba a ser tan brusco. El propio Instituto Vasco de Estadística señala la desaceleración del sector industrial como causa de que la tasa trimestral haya sido del 0,5%, y de que en términos interanuales el crecimiento haya pasado al 2,6% del 2,9% que se alcanzó el segundo trimestre. Ciertamente habrá que esperar al desglose y los datos definitivos, pero podemos tratar de buscar algunas pistas analizando algunos indicadores del trimestre. Así, por ejemplo, las tasas anuales de crecimiento del Índice de Producción Industrial han venido cediendo terreno a lo largo del año desde el 3,6% del primer trimestre hasta el 0,4% correspondiente al tercero en términos interanuales. Descendiendo por tipo de bienes la pérdida de dinamismo se ha producido particularmente en la industria manufacturera y en la de bienes de equipo, con una tasa anual del 1,1% en ambos casos, manteniendo en cambio los bienes de consumo y en concreto los de consumo duradero tasas del 2% y del 2,8%, respectivamente, en términos interanuales.

Otro indicador interesante para entender las causas de la desaceleración es analizar el flujo de intercambios comerciales con otros países. Centrándonos en las exportaciones llama la atención que, de enero a septiembre, las exportaciones han aumentado un 7,9% con respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, el análisis interanual trimestre a trimestre muestra que tras la tasa del 10,8% del primero hemos llegado al 6,9% el tercero. Desde la perspectiva de las secciones arancelarias, dos de las que mayor relevancia tienen para la economía vasca (bienes de equipo y material de transporte) muestran caídas en la tasa de crecimiento en julio y agosto con respecto a 2017. En definitiva, una muestra inequívoca de que algo está sucediendo más allá de nuestras fronteras y que comenzamos a notarlo a nivel agregado.

En cambio, es reseñable la fortaleza de la demanda interna de la economía vasca. Los indicadores del sector servicios muestran que la cifra de negocios crece a ritmos anuales del 7% y el índice coyuntural del sector, aunque recoge cierta desaceleración, muestra un elevado dinamismo en actividades administrativas y servicios auxiliares, venta y reparación de vehículos de motor, transporte y almacenamiento y hostelería. A todo ello le acompaña el consumo, cuyas tasas de crecimiento superan el 2% anual, y que probablemente el escaso optimismo de los consumidores llevará a atenuar la tasa a niveles del 2%.

Todas estas cuestiones nos obligarán a corregir nuestras previsiones a la baja, pero quizá la duda más relevante es cuándo despejará el panorama de forma que los agentes económicos recuperen la confianza erosionada. En este sentido, habrá que estar muy atento a los acontecimientos políticos venideros.

JOSEBA MADARIAGA
Director de Estudios de Laboral Kutxa y profesor de Deusto Business School