Dar nuestro sentido al futuro.Vocento. Asier Alea
04/03/2024
Darle Un Sentido Industrial Propio Al Futuro De Euskadi
Europa lleva tiempo perdiendo su capacidad de crecer creando cosas útiles. Se ha intentado reemplazar la competitividad perdida, como motor del estado de bienestar y empleo, promoviendo segmentos no exportables de la economía que dependen del crédito y el endeudamiento, como la construcción o el empleo público y lastrando al tejido industrial.
Algunos de nuestros rivales comerciales compiten con unos recursos naturales que Europa no tiene. Muchos compiten con mano de obra barata, algo que no queremos hacer. Y otros compiten a costa de su medioambiente, lo que no podemos aceptar. La Comisión dibujaba una ambiciosa visión de Europa con la prosperidad social y económica basada en el triángulo del conocimiento: investigación (creación de conocimiento), desarrollo e innovación (aplicación del conocimiento), y la educación (difusión del conocimiento).
La dirección a seguir parece clara. El diablo está, como casi siempre, en los detalles, en la implementación. Dentro de este contexto cambiante debemos preguntarnos cuál es nuestra propuesta actual como sociedad, nuestro modelo de generación de riqueza o nuestro diferencial como marca. ¿Por qué necesitamos una estrategia industrial propia en Euskadi? El punto de referencia europeo es necesario, pero las medidas deben desarrollarse a nivel local.
Primero. Porque necesitamos un crecimiento económico que genere unos ingresos fiscales que mantengan nuestro bienestar, evitando lastrar nuestra competitividad con una excesiva carga fiscal o sin hipotecar, a base de deuda, generaciones futuras.
Segundo. Porque la creación de riqueza pasa por un entramado productivo capaz de proveer productos exportables competitivos. Los productos manufacturados y servicios avanzados asociados siguen representando cerca del 75% del comercio mundial.
Tercero. Porque no se puede mantener la innovación si desaparece la fabricación. La capacidad para desarrollar nuevas tecnologías está ligada a la manufactura. Europa ha perdido la batalla industrial en tecnologías originalmente suyas, como la fotovoltaica, LED o las baterías de litio. Como decía el presidente de Dow Chemical, Andy Liveris: «Donde va la fabricación, la innovación la sigue irremediablemente».
Cuarto. Porque otros países están estableciendo ambiciosas estrategias industriales y, si no respondemos adecuadamente, la brecha diferencial aumentará.
Se ha justificado el declive del peso relativo de la industria, o su migración a otras áreas del globo, argumentando que seguíamos la estela de EEUU, evolucionando a una superior economía postindustrial. ¿Les suena esto? Irónicamente, ahora es la propia Administración Biden la que intenta revertir este proceso con programas para restaurar su competitividad industrial, como el consorcio de manufactura avanzada NIST liderado por el MIT.
Priorizar la política industrial no supone volver al proteccionismo o subvencionar industrias moribundas. Significa crear las condiciones adecuadas para Euskadi.
1) Articulando directrices a largo plazo, con el foco en los «grandes retos» donde Euskadi disponga de un legado y reputación: La transición energética y descarbonización, la nueva movilidad, las biociencias y alimentación, por ejemplo. Los grandes retos de hoy son la demanda de mañana y facilitan, además, la colaboración entre gobierno, universidades e industria en la creación de un nuevo bien común. El Corredor Vasco del Hidrógeno o el centro de innovación alimentaria GOe de Basque Culinary Center, por ejemplo, parten de actores, conocimiento y tradición local en retos globales.
2) Atrayendo centros globales de conocimiento (universidades, centros tecnológicos …) a Euskadi en estos sectores de referencia. Los lugares donde se están desarrollando las tecnologías del futuro no son tantos, y estar conectados con ellos es vital si quieres estar entre quienes dan forma al futuro y no solo limitarte a implementarlo.
3) Aumentando su importancia a nivel institucional introduciendo, con mando, un Chief Scientist o Jefe Científico, permanente en el consejo de gobierno.
Todo esto conlleva riesgos y retornos no inmediatos. Pero el riesgo para nuestro estado del bienestar de una no política industrial propia es desproporcionadamente mayor al de desplegar una estrategia industrial diferenciada vasca. La inercia ya no es suficiente. Europa ha ganado primero la batalla de la invención, para perder después la de su desarrollo e industrialización en muchos campos. El Gobierno Vasco que surja de las urnas necesitará crear una estrategia industrial vasca con sentido de propósito. Nuestra capacidad de generar riqueza y mantener la sociedad del bienestar puede depender en gran medida de darle un sentido propio a la política económica e industrial de Euskadi.
Asier Alea
Director de Desarrollo Global Basque Culinary Center
Miembro de la Fundación Arizmendiarrieta
Doble Licenciatura en Economía y Relaciones Internacionales por Boston University.
Master en Política Económica y Doctorante University of Oxford.
MBA por M.I.T.