El Premio Arizmendiarrieta y el Modelo inclusivo participativo de empresa, Jose Antonio Yeregui. Diario de Navarra

02/04/2023

Este año el Premio Arizmendiarrieta en Navarra ha recaído en la empresa Conor Sports, dedicada a la fabricación y distribución de bicicletas, liderando las categorías de bicicletas urbanas, infantiles, eléctricas MTB y eléctricas urbanas.

El Premio Arizmendiarrieta reconoce, con carácter anual, a una empresa industrial o de servicios que opera en Navarra que haya destacado por la aplicación de los valores y/o de las prácticas de gestión característicos del Modelo Inclusivo Participativo de Empresa (MIPE), de cuya aprobación parlamentaria por unanimidad se van a cumplir pronto 5 años.

Navarra se adelantó así a un movimiento en Occidente que va cogiendo cuerpo en el sentido de reforzar la importancia del desarrollo de las personas y la colaboración de los equipos humanos como base de la competitividad. Con esa orientación, el Modelo se apoya en los cuatro ejes siguientes:

1.-Definir un modelo de gestión y cultura de empresa, basándolas en la confianza, transparencia y cooperación, para su competitividad y sostenibilidad.
Una cultura de estas características implica una organización donde los líderes y empleados se apoyan mutuamente y trabajan juntos para lograr objetivos compartidos. La confianza se gana a través de la transparencia en la comunicación y la toma de decisiones, lo que fomenta la colaboración. Esto conduce a una
mayor productividad, innovación y retención de talentos, lo que a su vez mejora la competitividad y sostenibilidad de la empresa. La cultura, así, debe estar arraigada en valores éticos y debe alentar la diversidad y la inclusión. El resultado es una organización fuerte y saludable que se adapta más fácilmente a los cambios y desafíos y se distingue por su compromiso con la excelencia y la satisfacción del cliente.

2.-Formular un proyecto compartido por los propietarios, directivos y profesionales de la empresa, beneficioso a largo plazo para todas y todos, que sea motivador, tractor y creativo y en el que se dé prioridad a la sostenibilidad del proyecto colectivo sobre los intereses de cualquiera de los grupos citados. La formulación de un proyecto compartido es esencial para el éxito de una empresa. El proyecto debe ser beneficioso para todas las partes involucradas, motivador, creativo y tener en cuenta la sostenibilidad a largo plazo. Al involucrar a todos los miembros de la empresa desde el principio se puede fomentar una mayor colaboración y cohesión y facilita explorar nuevas ideas y soluciones innovadoras. Finalmente, se debe dar prioridad a la sostenibilidad del proyecto sobre los intereses individuales de cualquier grupo para asegurar el futuro a largo plazo de la empresa.

3.-Motivar e invitar a los trabajadores para participar en la gestión, en los resultados y cuando proceda, en la propiedad de la empresa, avanzando hacia la superación de la dinámica de confrontación entre capital y trabajo.
Es vital involucrar a los trabajadores en la gestión de la empresa, reconociendo su papel crítico en la creación de valor. Se deben establecer canales de comunicación efectivos y ofrecer oportunidades de formación y capacitación, permitiendo su participación en la toma de decisiones y en la definición de objetivos. Si las
necesidades de la empresa así lo aconsejan se puede considerar, asimismo, la opción de compartir la propiedad, creando un modelo si cabe más comprometido. Al hacer esto, se supera la dinámica de confrontación entre capital y trabajo y se construye una relación basada en la colaboración y el compromiso mutuo. Es importante que los trabajadores sientan que su voz es escuchada, se sientan valorados y tengan una visión clara del impacto de su trabajo en los resultados de la empresa. Esto promueve un mayor sentido de pertenencia y motivación para alcanzar objetivos compartidos.

4.-Ser partícipe en la sociedad donde se ubica la empresa, preocupándose por el impacto social de sus actuaciones e implicación en algunos de los problemas sociales del entorno.

Las empresas tienen una responsabilidad social importante en la sociedad donde operan. Es fundamental preocuparse por el impacto social de sus actuaciones empresariales y estar comprometidos en la solución de algunos de los problemas sociales del entorno. Esto se puede lograr a través de la implementación de políticas de responsabilidad social corporativa, que involucren a la empresa en aspectos relativos a la educación, el empleo o la protección del medio ambiente. La implicación en la solución de problemas sociales del entorno puede ser a través de la colaboración con organizaciones sin ánimo de lucro y con proyectos comunitarios, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida de las personas de la comunidad. Ser partícipes en la sociedad donde se ubica la empresa refuerza el compromiso con los valores éticos y morales, mejora la reputación empresarial y fomenta un clima de confianza y cooperación con la sociedad civil.

No se trata, en cualquier caso, de un modelo monolítico, sino que cabe una aplicación gradual o parcial en función de las circunstancias y prioridades de cada empresa.

José Antonio Yeregui
Miembro del Equipo Gestor de la Fundación Arizmendiarrieta