Hacia un modelo inclusivo participativo vasco de empresa.Juan Manuel Sinde.Estrategia Empresarial

10/11/2018

Hacia un modelo inclusivo participativo vasco de empresa

Cuando comenzamos la tarea de formular un ‘nuevo modelo de empresa’ partimos de una preocupación sobre el futuro, derivada de la globalización de los procesos económicos y de la vertiginosa evolución de los descubrimientos científicos y sus aplicaciones técnicas.

Ello sitúa a las empresas ante unos retos de una magnitud desconocida en el pasado y que ponen en peligro su propia supervivencia, así como los puestos de trabajo directos e indirectos a ellas ligados.

Afecta en mayor medida a las empresas industriales, que son las que están compitiendo en los mercados internacionales. Pero son precisamente ellas las que ‘tiran’ del resto de empresas y sectores de la economía vasca. Son las que, por ello, nos tienen que preocupar más a nivel social.

Por otro lado, la realidad del éxito experimentado en el grupo cooperativo nos ha animado a aportar esa experiencia en beneficio de las empresas y sociedad vascas. Presentando un horizonte de futuro que entendemos es interesante para empresas, empresarios y trabajadores.

El modelo aprobado por el Parlamento y expuesto en estas mismas páginas debe comenzar por la trasparencia informativa y una comunicación clara, honesta y sistemática. Buscando sustituir la confrontación por la corresponsabilidad ligada a la participación en la gestión, los resultados y, si cabe, en la propiedad.

Es claro que los líderes del cambio sólo pueden ser los empresarios o los directivos. Aunque los trabajadores y sus representantes tienen que estar también de acuerdo en la dirección del mismo.

No se trata, en cualquier caso, de una propuesta de ‘cooperativa encubierta’. En las cooperativas la propiedad y el control de la empresa están en manos de sus trabajadores. En las empresas a las que nos dirigimos hay propietarios y directivos que son los que tienen la responsabilidad de las decisiones, lo que no se pone en tela de juicio.

Hay, sin embargo, valores y prácticas empresariales que se han revelado eficaces para el proyecto empresarial y satisfactorias para los trabajadores, que merecen ponerse en práctica en todas las empresas, con independencia de su naturaleza jurídica.

Llegar hasta compartir la propiedad con una participación en el capital puede ser un horizonte al que muchas empresas nunca llegarán pero que no queremos descartar habida cuenta de la positiva experiencia del Grupo cooperativo.

Arizmendiarrieta, por otro lado, siempre dio prioridad a las necesidades derivadas de la sostenibilidad del proyecto compartido sobre los interesas individuales. Incluso por encima de los legítimos intereses de sus propietarios.

La existencia, por otra parte, de un conflicto entre capital y trabajo es una obviedad. Pero perder de vista que hay unos intereses compartidos en las empresas vascas en un mundo hipercompetitivo puede ser un suicidio para ambos a nivel de nuestro pequeño País.

Por ello, nuestra propuesta no niega las contradicciones entre capital y trabajo, sino que trata de canalizarlas de forma positiva para todos.

¿Y cómo ha sido posible llegar al punto de encuentro formulado? En todas las organizaciones políticas, empresariales y sindicales nos hemos encontrado con personas con visión a largo plazo, que comparten hasta cierto punto el diagnóstico sobre los retos futuros para empresas y trabajadores.

Hay, además, un fondo de valores compartidos que es lo que ha hecho posible el apoyo de personas con adscripciones políticas y económicas muy diferentes. Son, en definitiva, los valores del humanismo, que a nuestra cultura se incorporaron con las creencias cristianas, aunque ahora son compartidos por personas creyentes y no creyentes.

Hay también un amor básico al País Vasco, también compartido, que ha facilitado construir un horizonte de futuro aceptado por todos. Existe, en definitiva, un objetivo común por parte de todos para que nuestros hijos y nietos tengan oportunidades para desarrollarse personal y profesionalmente y llevar aquí una vida digna.