MODELO REGIONAL DE ECONOMÍA (Javier Retegui)

05/09/2017

¿Qué ha ocurrido para que el debate sobre el “sistema económico” haya desaparecido de escena? Se habla de carga y composición de la fiscalidad, mantenimiento del estado de bienestar, recortes presupuestarios,…, pero hay muy poco interés en generación de recursos, capacidad emprendedora y modelo de empresa, que quedan en manos del capital.

La preocupación se polariza en la gestión del gasto más que en la asunción de responsabilidad y control de la economía.  Ha desaparecido el debate sobre propiedad de medios de producción, control público de sectores estratégicos, supeditación de la economía al bien común e ideas similares, que derivaron en la conformación de los partidos políticos.  Hoy éstos se diferencian por la orientación fiscal y distribución del gasto, sin cuestionar el sistema.

Mientras, se ha consolidado el poder absoluto del capital en la empresa, se ha globalizado el sistema, enseñoreada la orientación especulativa y la economía se hace apátrida, pierde arraigo territorial y responde a sus propios intereses.

¿Hay sistemas o modelos alternativos? ¿Puede una comunidad resignarse a ser dirigida, en aspecto esencial como la economía, por intereses espurios?

La sociedad ha mutado. Una población con alto nivel formativo irrumpe en escena, releva a generaciones sin formación y reclama participar. Cuestiona la democracia política “representativa” y exige implicación en la vida pública; sin percatarse que se trata de una parcela condicionada por la economía.

¿Puede hablarse realmente de democracia mientras no se aborde el aspecto económico? ¿Es compatible una democracia política, que responde a intereses de personas y comunidades, con una economía controlada por el capital?

Se impone trabajar en la consecución de un modelo que devuelva a la economía al papel de garantizar el bienestar de personas y comunidades. Se hace difícil pensar en influir en el sistema globalizado, pero existe la posibilidad de crear un “modelo regional” sustentado en la persona y en el empuje comunitario.

Modelo que se sustenta en el principio de que la persona en comunidad es responsable, protagonista y agente desde el que nace la legitimidad de la organización social. Que acepta la exigencia competitiva como condición del mercado libre (sin creación de riqueza no hay futuro). Que promueve una economía arraigada en la que se genere la interacción de personas empresas y comunidades creando redes de colaboración. Que, en definitiva, devuelva a la comunidad el protagonismo y responsabilidad de su devenir.

Se parte de experiencias arraigadas que avalan y dan consistencia al intento y se trataría de sistematizarlas en un “modelo” que encauce y refuerce los esfuerzos aislados. Podemos distinguir tres ámbitos del modelo que contienen seis vectores de actuación:

  • El ámbito comunitario. Recuperación de la economía tradicional mediante formas de organización y tecnologías avanzadas y el uso de recursos infrautilizados o abandonados (inclusión social). Recuperación de un mercado local que apuesta por la calidad, nuevos modos de relación y compite por adaptación a la cultura propia, servicio y confianza (ejercicio de ciudadanía).
  • El ámbito de la empresa. Creación de modelos inclusivo-participativos de empresa que establecen ámbitos de cooperación capital-trabajo modificando los tradicionales de confrontación. Implican la implicación de la persona en el devenir económico (participación en la empresa). Establecimiento de redes de cooperación entre empresas que, sin pérdida de su naturaleza soberana, se refuerzan mediante la cooperación (cooperación entre empresas).
  • El ámbito regional. Establecimiento de proyectos estratégicos de País que requieren la colaboración entre instituciones diversas aunando esfuerzos por su consecución (Cooperación público privada). Creación de ámbitos de cooperación internacional donde a la dimensión económica le acompañan en otros de organización sociales (cooperación internacional).

 Se trata de articular un “modelo” regional que genere redes de colaboración entre entidades, empresas e instituciones diversas, estructurándola y haciéndola más justa y competitiva. Es la “Economía de Cooperación”

Cuando se propiciaba la igualdad de oportunidades en la educación se decía: “saber es poder” “socializado el saber se democratiza el poder”. Se ha socializado el saber, corresponde ahora democratizar el poder, entendiendo como tal no solo al poder político, sino especialmente al poder económico. Se trata de crear un modelo económico regional en el seno de un sistema económico globalizado. ¿Ponemos manos a la obra?

 

Javier Retegui

Miembro de Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa